Se trata de una patología  que ocurre cuando la arteroesclerosis ataca las arterias de las piernas estrechandolas y endureciendolas  dificultando la circulación de la sangre a través de  estas. Esta disminución en el flujo sanguíneo, al igual que la arteriosclerosis que produce una cardiopatía isquémica cuando afecta a las arterias coronarias o la cerebrovascular, pueden lesionar a los nervios y otros tejidos.

Los síntomas clásicos son: dolor,fatiga, ardor o molestia en los músculos de los pies, las pantorrillas o los muslos, molestias que empiezan durante el ejercicio y desaparecen después de varios minutos de reposo.

En el estadio final de la enfermedad el dolor puede aparecer en reposo: las arterias han llegado a un grado extremo de deterioro, y los  trastornos atentan contra la vitalidad de la extremidad con síntomas como caída del vello, frialdad, heridas que no curan, y en la última fase, úlceras que pueden desencadenar  gangrena y obligan a la amputación.

Los factores de riesgo para la aparición de esta frecuente enfermedad arterial son los típicos de la aterosclerosis:  tabaquismo, diabetes, exceso de colesterol en la sangre,  hipertensión, obesidad, etc. Dos de estos factores actúan de forma especialmente intensa sobre las arterias de las piernas son el hábito de fumar y la diabetes.