Los cálculos se forman cuando la bilis acumulada en la vesícula biliar se endurece y forma un material similar al de las piedras. Se cree que cuando la bilis contiene demasiado colesterol, sales biliares o bilirrubina esto sucede. Cuando los cálculos se encuentran dentro de la propia vesícula biliar se denomina colelitiasis y si están en las vías biliares se llama coledocolitiasis.

Los cálculos biliares pueden ser tan pequeños como un grano de arena, o uno tan grande como una pelota de golf. La mayoría de los cálculos, son de colesterol, y tienen un diámetro menor a 2 cm, por esto, muchos de los pacientes no presentan ningún síntoma.

Sin embargo, un cálculo no necesita ser muy grande para causar problemas. La mayoría de los cálculos pueden llegar a obstruir las vías biliares y producir una infección grave en las mismas, en el páncreas o en el hígado, que incluso puede poner en peligro la vida.

Se ha demostrado que el calcio y la mucina biliar aumentan la velocidad de crecimiento de los cristales de colesterol in vitro y, además, podrían participar en la agregación de los mismos. Permanencia en la vesícula. Asimismo, cuando la vesícula no se contrae lo suficiente, para vaciar su contenido regularmente, alienta la formación de cálculos.