Los regímenes alimenticios  basados en el consumo de grandes cantidades de proteínas (carne, pescado y queso) y la restricción de hidratos de carbono (pan, pasta, cereales y azúcares) son muy populares en años recientes. Y si bien es cierto que estas dietas son efectivas para reducir rápidamente el peso corporal, hasta hace poco se conocía muy poco sobre sus efectos a largo plazo en el corazón y las arterias.

Tras escuchar informes de personas que habían sufrido infartos mientras se sometían a esos regímenes, los científicos del Centro Médico Diaconisa Beth Israel, en Boston, Estados Unidos, decidieron investigar el impacto en el sistema cardiovascular de las dietas bajas en carbohidratos .

Mediante un  estudio llevado a cabo en ratones, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences,  los investigadores confirmaron  que esos hábitos alimenticios causan daños en las arterias pudiendo obstruirlas y aumentar el riesgo de infartos y derrame cerebral.

Después de 12 semanas,de alimentar a ratones con una  dieta baja en carbohidratos, los científicos descubrieron que estos habían bajado de peso pero que desarrollaron 15% más ateroesclerosis que otros grupos de animales que  alimentaron con una  dieta normal.

Los científicos no saben a qué se debe este efecto, pero se cree que las dietas bajas en carbohidratos podrían afectar la forma como las células de la médula ósea son capaces de limpiar de forma efectiva los depósitos de grasa en las arterias.

La investigación, dicen los expertos, demuestra que la mejor opción para una vida sana es alimentarse con una dieta balanceada.