La relación entre unos niveles elevados de colesterol LDL, también conocido como “colesterol malo” y el riesgo de padecer una enfermedad o problema de corazón es más que evidente, de ahí que hayan surgido una serie de productos que nos ayudan a reducir los niveles de colesterol. Esto ha hecho que prestemos menos atención a los suplementos, la mejor forma de combatir el colesterol sin alterar nuestra dieta, más allá de reducir el consumo de alimentos que dispararán nuestro nivel de colesterol.

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Las grasas saludables

Aunque tendemos a asociar las grasas como algo negativo para nuestra salud, colesterol incluido, como su propio nombre indica los ácidos grasos esenciales son imprescindibles para que nuestro organismo funcione bien. Pero no solo eso, los ácidos grasos esenciales ayudan a mantener a raya e incluso reducir los niveles de colesterol, de ahí que se recomiende el consumo regular de alimentos que contengan estos ácidos grasos, como puede ser el pescado azul, quizá el mejor ejemplo de grasas saludables.

Aquí podríamos hablar de los ácidos grasos omega-3, omega-6 y omega-9, todos disponibles en forma de suplemento. Estos ácidos grasos potencial en HDL, el colesterol bueno, y favorecen la expulsión del colesterol LDL del cuerpo. Entre los efectos del omega-3 beneficiosos para nuestro organismo nos encontramos con que, además de proteger nuestro corazón de los efectos del colesterol, también reduce el riesgo de sufrir demencia senil, previene el TDAH y es bueno para la salud ocular o para hacer frente al insomnio. Las isoflavonas de soja también aportan omega-3 y omega-6.

Vitaminas y aminoácidos

Las vitaminas y los aminoácidos también nos ayudan a hacer frente al colesterol LDL, y como en el caso de los ácidos grasos esenciales podemos ingerirlos a través de la dieta o como suplementos que completan nuestra nutrición. Un buen ejemplo es el de la taurina. Este aminoácido esencial es conocido sobre todo por su función estimulante, pero lo que no todo el mundo sabe es que juega un papel clave en la producción de bilis. Se elabora a partir del colesterol, por lo que cuanta más bilis se genere, menos colesterol en sangre habrá.

También son interesantes los suplementos de vitaminas C y E, dos vitaminas que evitan la oxidación del colesterol y que se adhiera a las arterias, proceso que da lugar a la placa, culpable del estrechamiento arterial. Por otra parte, dentro del complejo vitamínico B destaca la niacina, una vitamina que no solo ayuda a reducir los niveles de colesterol LDL y los triglicéridos, sino que nos ayuda a potencial el colesterol bueno, de forma que el HDL se imponga sobre el colesterol malo.

Extractos, salvados y otros suplementos contra el colesterol

Más allá de los suplementos en forma de cápsulas de omega-3, 6 o 9 o de las vitaminas que hemos visto, encontramos un amplio catálogo de suplementos que nos ayudan a luchar contra el colesterol. Uno de los que más popularidad han ganado en los últimos años es el Red Yeast Rice, un arroz fermentado por levadura roja que reduce los lípidos en sangre -colesterol y triglicéridos incluidos- gracias a una serie de compuestos químicos que se llaman monacolinas. Lo han desarrollado equipos científicos chinos y estadounidenses.

El extracto de ajo también aumenta el colesterol bueno, reduciendo el HDL o los triglicéridos; y el extracto de uva es rico en antioxidantes, que nos ayudan a eliminar los depósitos de colesterol en los vasos sanguíneos. Otro muy interesante es el extracto de gugulipid, que se obtiene de la resina de un árbol de la India y reduce colesterol y triglicéridos. No podemos pasar por alto el salvado de avena, que gracias a la fibra soluble de la avena absorbe el colesterol, que fluye por la sangre evitando que se taponen las arterias.