Abundan las evidencias científicas que  demuestran  que las enfermedades cardiovasculares del adulto tienen su origen  en la infancia, por ello el control del colesterol debería hacerse desde temprana edad.

En los niños y adolescentes el nivel de colesterol debe ser menor de 170 mg/dl, es decir, más bajos que el de los adultos. Entre 171 y los 199 mg/dl el niño o adolescente está en el límite, pero si tiene de 200 mg/dl a más está en riesgo.

En este caso los padres tienen la responsabilidad de  actuar  para modificar el  estilo de vida de sus hijos, quienes si no reciben tratamiento médico, sus problemas de colesterol redundarán en una enfermedad cardiovascular.

El aumento de colesterol en niños y adolescentes se debe a factores genéticos, la dieta y/o el sedentarismo.
Aquí cabe señalar que España es le tercer país (después de EE.UU. y Grecia) con el mayor número de adolescentes obesos.

Según un estudio de la Universidad de Granada, alrededor del 50% de los adolescentes españoles tienen un nivel de colesterol por encima del considerado saludable y por tanto son propensos a sufrir de problemas cardiovasculares en el futuro.

Para  el caso de los niños o adolescentes con antecedentes familiares de colesterol alto y problemas del corazón, es conveniente que a partir de los dos años se hagan la prueba de nivel de colesterol.